Versátil, emprendedora y amena, la periodista de El Jícaro dedicada a los inmigrantes
Versátil, emprendedora y amena, son tres palabras que definen a la periodista Mirna Velásquez, que la llevaron al otro lado del mundo para devolverla con más fuerza que nunca a sus orígenes, la prensa escrita.
Mirna, o “la Mirna” en buen nicaragüense, nacida en El Jícaro, hoy vive en Islas Canarias, España, desde donde escribe historias interesantes y aleccionadoras para el blog Ciudalatina.
A veces se le ve muy sofisticada en actividades sobre migrantes realizadas en Europa, pero en el fondo continúa siendo aquella chavalita espigada que cuando emigró, por primera vez, lo hizo hacia Managua, con el sueño de estudiar periodismo y teatro.
Con ese aire norteño, su sonrisa eterna, ocurrencias, inteligencia y sensibilidad social, no tardó en atraer a todos los de la clase en la Universidad Centroamericana (UCA), y años después a sus colegas, tanto actores o actrices, como periodistas.
“HOLA COMAGRITA”
Su saludo bromista de “hola comagrita, hola comagrito…” en Nicaragua, le mejoraba el día a cualquiera, y nunca dejaron de ser amenas sus pláticas con café, que suele tomar sin azúcar, pero con muchas carcajadas.
Por ser versátil, Mirna destacó desde el primer momento como profesional en sus pasiones. En el teatro lo hizo de la mano de uno de los directores más destacados de Nicaragua, César Paz, y en el periodismo saltó de Bolsa de Noticias a La Prensa, donde se especializó en periodismo judicial.
Fueron años de ajetreo, o en sus palabras, “penqueo”, en los que demostró que el sacrificio de dejar El Jícaro lo valió, porque creció.
“Me queda mucho por retribuirle a mi pueblo, a mi país, por todas las satisfacciones que me ha dado. Creo que mi pequeño aporte está en ejercer un periodismo ético y desprovisto de intereses más que el de su función social”, dice.
SALTO DEL CHARCO
En el año 2008 Mirna dejó Nicaragua y viajó con destino a Italia. Recuerda que ejercía “al máximo” su carrera como periodista, pero sentía la necesidad de tener otras experiencias, de aprender otras culturas y “Nicaragua se me volvía pequeña”, rememora.
Así que aceptó la invitación de su novio, para conocer su país. Luego, emigró a Islas Canarias, donde lleva ochos años residiendo como emprendedora y haciendo periodismo con Ciudalatina, abordando temas sobre migración junto a las periodistas Tamara Morales Orozco y Vilma Duarte.
“Al principio estaba embobada con todo lo que me rodeaba, mis ganas de aprender y mi curiosidad eran tan fuertes que estaba plenamente realizada, aprendiendo cosas nuevas cada día. En mi opinión cuando venís de un país empobrecido como Nicaragua y vas a uno más desarrollado económicamente, te sorprende la calidad de vida, los avances tecnológicos, los avances sociales”, comenta.
Pero “también te das cuenta de que tu pedacito de tierra es realmente único, y aunque estés disfrutando de la abundancia y bienestar, la calidad humana que tiene Nicaragua no existe en otro sitio y eso me hace sentir sumamente orgullosa y privilegiada de venir de donde vengo”, remarca.
VERSÁTIL Y DECIDIDA
Hace algunos años, muy lejos ya de la vida teatral, cuando decidió vivir en Islas Canarias, Mirna se propuso metas más espirituales y estaba decidida a dejar a un lado su otra pasión: el periodismo, pero como este es un oficio que tiene más vidas que un gato callejero, le entró más de lleno.
“Quería crecer y darme un merecido descanso del trajín del periodismo, sin embargo con el cambio de aires sentí la necesidad de empezar a escribir y darle rienda suelta y en esas estoy”, cuenta.
Confirma que la experiencia migratoria te hace cambiar. “Es una gran escuela de humildad y de desarrollo personal, aprendí a cocinar de rechupete, a llevar un negocio, empecé a formarme como periodista digital y mi sueño es convertirme en documentalista, así que sigo en ello y estoy volcada en dar lo mejor de mí ayudando a otras personas a través del periodismo y la comunicación”, menciona.
Los desafíos son el de superarse a ella misma y “aportar más a mi Nicaragua”, añade nuestra norteña.
3 Comments
De rechupete me leí ésta crónica de mi amiga, la colega Mirna Velásquez. Felicidades al staff de Quetalocotal. Un trabajo periodístico bien logrado, que deja un buen sabor en el paladar del lector.
No sabía de los dones artísticos de mi amiga y me encantaría verla actuar en las tablas.
Excelente crónica de una paisana emigrante. Felicidades a las dos periodistas y a tod@s l@s Nicaragüenses que vivimos en el exterior y soñamos con nuestra bella patria. Toda invención comienza con una idea, toda idea comienza con un sueño! Siempre P’lante!