Una historia de huevos de amor y lo que da la vida en libertad
La vida fuera de la ciudad tiene sus detalles, y entre esos están los huevos de amor. Un huevito de esos, bien amarillito, cargado de sabor y olor agradable, con gallopinto y cuajada en el desayuno, no tiene comparación.
Hoy en día los que predominan son los huevos de granja, que son muy nutritivos, pero los de amor son dignos de probar.
Aunque son más pequeños que los de granja, suelen ser un poco más pesados, tienen un sabor más acentuado, un color más vivo y ofrecen mayores beneficios a la salud.
OBTENERLOS ES DIVERTIDO
Para empezar, se encuentran en los patios de las abuelas y a veces hay que luchar con la gallina para obtenerlos, con mucho cuidado de dejar uno siempre en el nido, para que no tengamos doble enemistad: con la gallina y con la abuela.
Aparte de que es divertido hacerse con un huevo de amor, estos tienen el triple de vitamina E que uno de granja, un tercio menos de colesterol, dos tercios más de vitamina A, un cuarto menos de grasas saturadas o malas, y el doble de grasas buenas, según los nutricionistas.
Los productores de huevos de granja siempre advierten del riesgo de la salmonela cuando se trata de alimentos elaborados sin supervisión, no obstante, estudios en Estados Unidos indican que hay más riesgo en los de granjas que en los de patio. Desde luego, el estudio no se puede extrapolar, pero parece que no todo es ley.
Pero, ¿cuál es el secreto de que los huevos de amor sean tan vistosos y sabrosos? La libertad.
¡Son huevos de gallinas libres! Y no es política. Según los expertos, las gallinas de los patios ponen huevos más saludables porque no solamente se alimentan de granos, sino también de insectos y gusanos, es decir, tienen una alimentación más variada.
EJERCITADAS Y SIN ESTRÉS
Adicionalmente, se trata de gallinas que hacen ejercicios, porque nada las detiene en el patio de la abuela, y su único estrés es que no se las vaya a comer el zorro.
En las zonas rurales de Nueva Segovia los huevos de amor siguen siendo comunes, y en las ciudades, como en Ocotal, las abuelas los venden en los mercados o en ciertas ventas.
Los huevos son un excelente alimento, y seguro que en el próximo desayuno deseará que sea de amor.